Un paisaje impresionante, un terreno con pendiente pronunciada y un cliente amante de las actividades al aire libre son los principales factores que informan las decisiones de proyecto. Con el objeto de mantener en el usuario la tensión gravitacional de estar en la pendiente de la montaña y de esta manera conectarlo espacialmente con la situación en la que se encuentra, la propuesta combina tres actos sencillos y contundentes: la casa se incrusta en el terreno, el techo mantiene la misma pendiente del terreno y la vista se abre en todo el perímetro de la planta.
La secuencia de entrada a través de un túnel para después dar la vuelta y abrir la puerta principal hacia la vista al paisaje abierto sirve de introducción a una sutil pero intencionada relación entre interior exterior.